La IA ha sido el gran motor de los mercados y las inversiones durante prácticamente todo el año pasado. Pero ha hecho falta llegar a las vacaciones de agosto para hacer ruido, mucho ruido, como cantaría María Jiménez.

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Lunes, 5 de agosto, explotaron los mercados de valores desde que se abrieron por el Lejano Oriente. El ruido de la explosión se expandió, como manda la rotación del planeta, por Europa y Norteamérica. Los gestores de fondos de Wall Street veían como sus vacaciones de agosto se venían también abajo. Incluso trabajaron durante el fin de semana y la noche del domingo al lunes. Y es que hay ruidos que impiden el sueño.

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Mercados e IA

Es un ruido que tiene su origen en un lugar distinto al que otras veces impedía la añorada siesta veraniega. Hay que buscarlo en focos distintos al de los gritones niños del vecino en la piscina de plástico o el de la dichosa moto acuática yendo y viniendo continuamente. El ruido viene ahora de la geopolítica, de infinitas y complicadas convocatorias electorales o, como ayer, de los mercados.

Está lejos de ser la primera vez que los mercados llenan de nubes y ruido el cielo. Acuérdense, por ejemplo, de aquel verano en el que la prima de riesgo española bajaba a los infiernos, después de que un señor nos decía que había “brotes verdes”. Como decían los medios de comunicación en aquel verano de 2011, la prima de riesgo de la deuda española se situaba al borde del precipicio.

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Pues bien el ruido de los mercados, tan desaconsejable para las vacaciones como todo ruido, ha venido de la mano de la IA (inteligencia artificial). Ya durante el segundo trimestre, algunas de las tecnológicas más importantes dieron muestra señales de debilidad en su cotización. Se trataba de Alphabet, Intel o Tesla. Debilidad generada en buena parte por las primeras semillas de desconfianza con respecto a la IA (inteligencia artificial). Ahora, a la explosión del 5 de agosto, ha contribuido el deslizamiento bajista de Nvidia, la gran corporación especializada en la IA generativa. De hecho, su cotización ha descendido alrededor de un 6% en el Nasdaq.