La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), institución protegida por una buena parte de las empresas del IBEX, acaba de publicar un informe exploratorio sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el sistema profesional y en el sistema universitario español, a partir de sus consecuencias en la demanda de titulaciones universitarias.

El título del informe es «La Demanda de Educación Superior ante el Cambio Tecnológico y la Inteligencia Artificial» y será próximamente publicado en la revista científica Papeles de Economía Española. Lo firman distintos profesores de la Universidad Complutense (José Ignacio Conde-Ruiz y Carlos Victoria), la Universidad Pompeu Fabra (Juan José Ganuza) y la Washington University in St. Louis (Manu García).

La IA y las titulaciones universitarias

Los autores trabajan con un índice de exposición a la inteligencia artificial, que lo integran con un índice de exposición al software y un índice de rutinización de las tareas de las ocupaciones, que les sirve para ordenar los distintos grados universitarios. Para ello, hacen la proyección de contenido de ocupaciones en los distintos estudios. Pero lo que especialmente nos interesa aquí es el ranking de las titulaciones según se encuentren expuestas a la IA.

EL LÍMITE PARA EL DESARROLLO DE LA IA ES LA DISPONIBILIDAD DE ELECTRICIDAD

Desde este punto de vista, hay que decir que entre las menos expuestas se encuentran las relacionadas con la Educación (Primaria, Secundaria, Pedagogía), las Lenguas (modernas y clásicas) y, en general, las titulaciones artísticas (música, literatura, artes escénicas). Sin embargo, son las ingenierías las que presentan los valores más altos de exposición a la IA: ingeniería biomédica y de la salud, electrónica, telecomunicación, informática, geomática, civil, aeronáutica y otras ingenierías.

Tener un índice alto de exposición a la IA no es algo negativo. No es necesariamente un riesgo, si se toman medidas. Es decir, como señalan los autores, depende de cómo se integre el uso de esta tecnología en la formación de los futuros profesionales: “Si la formación universitaria es complementaria al avance de la tecnología, los estudiantes que cursan esos grados no corren riesgo en cuanto a las ocupaciones que desempeñarán en el futuro”.

Cómo se está expuesto a la IA

El problema surge cuando tal formación adquiere un carácter sustitutivo. Es decir, cuando se forma exclusivamente en “manejadores” subordinados a tal tecnología. Es más, desde el punto de vista de la inserción laboral, hay una correlación estadística positiva entre porcentaje de graduados que se encuentran trabajando e ingresos, según el rango de la cotización a la Seguridad Social, por un lado, y exposición a la IA, por otro lado.

LA IA Y EL PROCESO DE «ARTIFICIALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD»

Por lo tanto, la cuestión no es si se está profesionalmente expuesto a la IA, sino cómo se está expuesto a la misma. Consideración que habría que tomar más allá de su aplicación a la elección de carrera profesional. Al fin y al cabo, todos estaremos directa o indirectamente expuestos a la IA. La cuestión está en el cómo.

Algunos de los datos de los que parte el artículo para elaborar su índice no pueden considerarse muy actualizados, como los provenientes de la Encuesta de Inserción Laboral de los Titulados Universitarios, realizada por el INE en 2019 y que hace el seguimiento de la cohorte de titulados egresados en el curso 201-2014. Pero no cabe duda de que sus reflexiones son de gran interés y han de tomarse en cuenta por los responsables del diseño de nuestro sistema educativo superior.