El premio Nobel de Economía Paul R. Krugman se suma a quienes recogen el importante papel de Bitcoin y lo cripto en la campaña presidencial estadounidense. Lo hizo en un artículo publicado a principios de mes en el diario en el que habitualmente colabora, el New York Times. El objetivo era atacar a Trump. Responderle por el apoyo que éste había dado a la Nación Bitcoin.

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En cierta forma, el laureado economista norteamericano también reconoció la relevancia de la comunidad cripto. En el mismo artículo, volvía a subrayar algunas de las afirmaciones que viene haciendo desde hace más de seis años sobre las criptomonedas. Que si son económicamente inútiles, que carecen de “valor real”, que si la minería gasta grandes cantidades de electricidad, que si sólo sirven para estafar, que, ni incluso en los países en que se ha depositado confianza en ellas (Salvador) terminan de usarse en el comercio, etc., etc.

Krugman y Bitcoin

Eso sí, un cambio importante, reconoció la preocupación de los demócratas por la importancia que puede tener el voto cripto en Estados Unidos. Es como admitir que el destino del país depende de una gente que es incapaz de reconocer su propio destino, lo que están haciendo con las criptomonedas.

Krugman tiene bastante ascendencia en las filas del Partido Demócrata. La separación entre lo que son, según su punto de vista, económicamente las criptomonedas y lo que, por otro lado, es la sociedad que cree y confía en las criptomonedas es importante. Pero apenas recoge que buena parte del funcionamiento de la economía tiene sus bases en lo que la gente cree y en lo que confía.

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Ahora bien, consigue así mantener su opinión -despreciativa de las criptomonedas- y poner el foco de atención de las acciones de campaña en sus usuarios. Especialmente en los ciudadanos y votantes que: a) tienen criptomonedas, pues la cosa va más allá de la posesión de bitcoins; b) estén insertos en comunidades cripto, en las que se discuta públicamente cuál es la mejor opción para los intereses de los componentes de estas comunidades; c) se sientan parte de tales comunidades cripto.

Los demócratas y Bitcoin

Es posible que Krugman deje bastante que desear como oráculo. Todavía se recuerdan sus vaticinios sobre el escaso recorrido que iba a tener internet, como si fuese una especie de tecnología de moda, meramente pasajera. En una profesión como la de economista, cuya principal función es la realización de predicciones -para guiar políticas económicas, inversiones, planes empresariales, etc.- ese borrón en el currículum parece una mancha de envergadura.

Tal vez por ello le dieron el Nobel. Se lo dan a quienes hacen cosas relevantes. Aunque sean equivocaciones. Lo importante es que sea grande y, claro está y en un ejercicio de humildad colectiva, aprender de los errores.

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Como cabe esperar que Krugman haya aprendido de los errores, ahora sus diagnósticos son especialmente escuchados. Sobre todo, como he dicho, por los demócratas, cuando señala al futuro en los artículos publicados en el New York Times. Y los aplicados demócratas se han puesto a investigar cuáles son las comunidades cripto, cuáles son sus perfiles sociales, a qué se dedican, qué dicen en las redes sociales…

Nación Bitcoin

En definitiva, dónde está y qué hace la Nación Bitcoin. Al fin y al cabo, Krugman apunta que la Nación de Estados Unidos, a la que ve en peligro por la vuelta de Donald Trump, puede depender del estado de la Nación Bitcoin. Eso sí, hace dos años Krugman dijo que la industria de las criptomonedas caería en el olvido. Ahora, el país parece estar a sus pies. Krugman utiliza lo cripto para atacar a Trump y su “reserva estratégica de Bitcoin”. Pero poca risa está generando la cuestión entre los demócratas.