Netflix ha puesto a disposición de sus suscriptores el documental Bitconned. Está basado en uno de los primeros fraudes en el mundo de las criptomonedas, el de Centra Tech. Así, inaugura el género de los estrenos sobre lo cripto en Navidad. Posiblemente el primer cuento de criptonavidad. Como todo cuento, articula un esfuerzo moralizante con llamadas a la precaución, haciéndonos conscientes de nuestras humanas debilidades e ingenuidades.

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Ahora que se acaba la Navidad, tal vez sea oportuno repasar los cuentos de Navidad. Todos recordarán el del escritor Charles Dickens. Además de por la imprenta, ha pasado por radio, cine, televisión y cualquier medio de comunicación masiva que uno pueda imaginar, en las más variadas versiones. Dickens inauguró un género. Es el poder de los clásicos. En todo caso, la industria de la cultura y el entretenimiento pone un especial esfuerzo en publicar en estas fechas sus productos del género. Durante estos últimos años, ha sido el cine el que más brillo publicitario le ha sacado.

 Netflix Bitconned

A veces con productos que tenían mucho de cuento; pero poco de Navidad. Pero había que aprovechar uno de los grandes momentos del año para la industria cinematográfica. La televisión apenas ha pasado por algo más que reemitir, a veces hasta la saciedad, las películas que habían pasado por las salas de cine hace un año, dos, tres… así hasta cien. La televisión apenas ha generado novedades en este campo.

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Al contrario de lo que ocurre con el cine, esta época del año no parece la más propicia para desarrollar novedades en busca de audiencia. La que se ha lanzado a ello es la televisión en streaming ubicada en Los Gatos (California). Lo ha hecho, adaptándose a los tiempos, con un cuento de criptonavidad. Vamos: un cuento basado en la industria de las criptomonedas estrenado en Navidad y tiene formato de documental; ese formato de retórica realista en el que la ficción parece quedar en suspenso. Una narración realista.

El director de Bitconned es Bryan Storkel y se sitúa en el proyecto Centra Tech. Un proyecto “empresarial” de una pareja de estafadores. Momento histórico en que las criptomonedas estaban fuera de toda mirada vigilante y sin regulación alguna. La SEC (Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos) todavía estaba muy alejada del asunto y, en general, los Estados miraban aún con desprecio eso de las criptomonedas. Algo que aprovechan Ray Trapani, líder del fraude, y su excompañero de instituto Sam “Sorbee” Sharma.

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Central Tech

Ninguno de los dos tienen mucha idea de lo que eran las criptomonedas; pero la ambición y la falta de escrúpulos ven fácilmente una oportunidad para engañar incautos atraídos por la imagen de lujo que proyectan los protagonistas. Así consiguen levantar varios millones de dólares estadounidenses, cuando un reportero del diario The New York Times empezó a husmear en el asunto y hacer preguntas. Bueno, por mucho documental que sea -basado en una realidad conocida y judicialmente bastante documentada- no es cuestión aquí de hacer spoiler. Apuntar que el malo no es un prestamista avaro y mezquino anciano, Ebenezer Scrooge, que desprecia la Navidad y el espíritu festivo. Y solo añadir que el documental se estructura sobre entrevistas al propio Trapani, a víctimas que invirtieron en Central Tech, autoridades que se ocuparon de la investigación y al propio periodista de The New York Times.

Si Aristóteles reviviera y volviera a escribir La Poética, es muy posible que incluyera el documental de la ficción-realidad o realidad-ficción entre los géneros estudiados. Junto a la tragedia y la épica. Aquí, el efecto ejemplarizante no viene del temerario enfrentamiento al destino de los héroes clásicos, con sus desafortunadas consecuencias la mayor parte de las veces.

Consulte al especialista

En el documental, como ocurre en Bitconned, los protagonistas no están hechos con la madera de los héroes. Al contrario, son tan próximos, que parecen de carne y hueso. Son diablillos de andar por casa. Ambiciosos de fiestas, lujos y poca monta. Como Trapani. Como Sam Bankman-Fried. No son como Scooge, alérgico a las fiestas. Los nuevos anti-héroes viven en una fiesta continua que enseñan por Instagram. Por ello, nos advierten los documentales-cuentos de que el mal, el diablo, está acechando cerca. Pero también nos dice, en compensación tranquilizadora, que siempre está el Estado para protegernos, para acudir a él. En la poética de nuestra modernidad occidental avanzada, el Estado es siempre el héroe -en forma de gobernantes, policías, jueces, etc.- que nos protege de nuestras debilidades, encarnando el espíritu de la Navidad, como si éste no perteneciera a los ciudadanos.

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Sí, los cuentos de Navidad también cambian. Ya no se trata de avaros y explotadores capitalistas, o ambiciosos profesionales, inmunes al entrañable y solidario espíritu navideño. No. Los malos tienen otra textura: son gañanes que se aprovechan de la debilidad, credulidad y ambición de sus conciudadanos, así como de su falta de confianza en el Estado. ¿Conocen algún cuento de Navidad en el que el Estado sea el mal? Pues eso; para pensárselo. Como para pensarse cualquier inversión en criptomonedas. De manera parecida a como se dice en la publicidad de los medicamentos: antes de invertir en criptoactivos, lea el proyecto y consulte al especialista. Y, si puede, vea Bitconned como medio para escarmentar en cabeza ajena.