Sumar, partido político español de izquierdas, no quiere que la IA supere el test de Turing. Según la mayor parte de los expertos, los actuales modelos de inteligencia artificial generativa (IA) ya han superado el test de Turing. Es decir, que no se puede diferenciar la respuesta y comportamiento de una máquina, de las respuestas de una persona. De aquí que sorprendan algunos términos del documento registrado por la formación política Sumar en el Congreso de los Diputados español, dedicado al uso de la IA durante las campañas electorales. ¿Qué tiene que ver el test de Turing y el Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar?

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El foco del documento referido se pone en el peligro que tiene el uso de la IA durante las campañas electorales, especialmente generando información falsa de los candidatos y temas en liza en la competencia por el voto de los ciudadanos. Una de las propuestas que incluye el documento referido es promover la alfabetización mediática y digital para que la ciudadanía pueda identificar y discernir información falsa de la verdadera.

Sumar y la IA

En principio, lo de la alfabetización digital parece conveniente. Ahora bien, su objetivo -identificar y discernir información falsa de verdadera; de la que produce la IA, de la que producen las personas, parece ir en contra de los objetivos del desarrollo y evolución de la IA. Superar el test de Turing es conseguir que las personas, estén o no alfabetizadas digitalmente, no consigan diferenciar lo que viene de IA o lo que viene de personas. Es más, con un poco de humildad, se alcanzaría que alfabetizar digitalmente es decir a las personas que el desarrollo de la IA llevará a que no se pueda diferenciar su trabajo, del trabajo que hacen las personas.

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Tal vez lo que esté planteando Sumar es que, durante las campañas electorales, se prohíba el uso de modelos de IA que hayan superado el test de Turing. Que sólo se utilice una especie de IA de grado menor, para sus “alfabetizados” puedan diferenciar lo verdadero de lo falso.

En el documento registrado, la IA queda acusada de absorbernos el cerebro con imágenes manipuladas. Imágenes que los incautos votantes creen sin crítica o reflexión alguna. En definitiva, no es que los votantes de los otros partidos tengan otras opiniones o ideas, sino que están manipulados, este término tan, por otra parte, manipulado y manoseado.